Dos trabajos simultáneos, uno con bacterias y otro con la mosca de la fruta, han demostrado recientemente que un gen de los animales llamado ARC (Activity Regulated Cytoskeleton associated protein) se encapsula como un virus de ARN. En el caso de la mosca las cápsulas se transfieren entre neuronas por las sinapsis.
El gen Arc es necesario para la memoria a largo plazo y la plasticidad neuronal.
En la universidad de Utah han experimentado introduciendo este gen en bacterias y han sido sorprendidos al ver que se reproducía en cápsulas con ARN, como los retrovirus similares al del SIDA.
En la universidad de Massachusetts, experimentando con moscas de la fruta, al detectar ARN mensajero de Arc en vesículas sinápticas y examinar dichas vesículas han descubierto que contienen cápsulas proteicas con ARN de arc. Luego han probado con células de ratón a las que se ha desprovisto del gen arc. Se les ha introducido en un cultivo con vesículas conteniendo cápsulas de arc y se ha comprobado que las células han transcrito el gen. Es decir, que las cápsulas transfieren el ARN a las células, este se transcribe al ADN y el ADN produce nuevas copias del ARN de arc y este ARN produce proteinas arc en una célula que antes no podía hacerlo.
Sugieren que podría hacerse terapia genética usando las cápsulas de arc para introducir genes reparadores, gracias a que estas cápsulas no serían rechazadas al estar formadas por proteinas del paciente.
Aparte de que serían fantásticas las aplicaciones médicas de este descubrimiento, me asombra el concepto de que una sola molécula relativamente pequeña tenga tanta influencia en nuestro intelecto y en nuestro comportamiento. En toda la historia se ha buscado donde reside el alma (o la mente). Quizá el gen ARC sea el material más parecido al alma que se ha encontrado: Migra entre los cuerpos (al menos entre neuronas); está en todas partes del cuerpo, porque está en la genética de todas las células y en los fluidos entre ellas; además parece ser portador de lo que conocemos y protagonista de nuestro desarrollo mental, porque modela las sinápsis de las neuronas construyendo su citoesqueleto.
Quizá el azar de la evolución por selección natural tardó eones en producir este gen, pero a partir de su aparición sospecho que la evolución de los animales ha ido mucho más aprisa gracias al aprendizaje y a la herencia genética de lo aprendido. Como se dice ahora en el argot de las redes sociales, quizá la evolución animal "se ha hecho viral".
Fuente:
https://www.nih.gov/news-events/news-releases/memory-gene-goes-viral