No me creo nada de lo que publiquen los analistas de la economía en los grandes medios de comunicación, porque son parte interesada, pagada por los mayores capitalistas, así que prefiero hacer mi propio análisis de la situación de ese juego financiero. Me parece más objetivo el punto de vista desde fuera, la opinión de los que no tenemos acciones ni nos pagan por publicar análisis falsos para influir a favor del que paga.
La crisis financiera que empezó sobre el 2007 se debió a que quedaron al descubierto reventas de deudas imposibles de pagar por sus intereses, por la usura. Eso para mí significa que los bancos se habían fabricado enormes cantidades de dinero falso con las reventas y los intereses de los préstamos.
Desde entonces, ese gran agujero del dinero falso se lo han hecho llenar a la población mediante recortes de salarios y servicios públicos. Debido a esto, la población se ha empobrecido tanto que acepta trabajos con sueldos de miseria para sobrevivir, y en muchas ocasiones las familias malviven de ayudas del estado, e incluso de las pensiones de los mayores e incapacitados. En esta situación, la gente no tiene la opción de consumir más bienes que los imprescindibles. Mientras tanto, los más ricos se hacen cada vez más ricos, porque su dinero les da más poder para acaparar dinero y propiedades ajenas. Esta situación de desigualdad crea tensiones sociales cada vez más fuertes. Hasta el más tonto de los ricos sabe que esas tensiones llevan a una violencia que se acabará volviendo contra ellos.
En un torpe intento de calmar las tensiones sociales, los grandes capitalistas han decidido aumentar algo el empleo y los sueldos, al mismo tiempo que infunden con sus medios de comunicación de masas la impresión de una recuperación económica e incentivan el consumo. Esto ha hecho que vuelvan a subir los precios del consumo y de las acciones durante un breve periodo. Mientras tanto, la automatización del trabajo ha seguido reduciendo los puestos de trabajo. La población empobrecida sigue aceptando sueldos miserables por la escasez de oferta laboral, así que no puede afrontar la subida de precios. El intento de calmar las tensiones incrementando el consumismo ha fallado. La tímida inversión de los capitalistas en reactivar la economía fomentando la misma situación anterior a la crisis ha fallado y quieren recuperar el dinero vendiendo acciones.
En conclusión, la acumulación constante de dinero y propiedades por parte de los más ricos ha quitado a la población la capacidad de reanimar la economía.
Es de esperar que si no hay reparto pacífico de la riqueza que dan la Tierra y la cultura humana, acabará habiendo un reparto violento.
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