Hace poco fue noticia que unos piratas informáticos robaron moneda virtual (criptodivisas) por valor de más de 500 millones de dólares. Esto me lleva a la reflexión de que el capitalismo global tiene pies de barro. A los grandes capitalistas les resulta muy fácil y rápido acumular dinero especulando mediante las tecnologías de información y comunicación. A cambio, también corren el riesgo de perderlo todo en un instante, como demuestra este robo informático.
Si toda la economía mundial está en manos de unos pocos capitalistas, corremos todos el riesgo de un colapso global si estos monstruos de la codicia sufren un robo informático a gran escala. Cuanto antes se reparta el dinero y se deje de acumular, y cuanto antes se utilice para que la población intercambie bienes y servicios, menos riesgo correremos.
Desde la prehistoria se han usado innumerables tipos de objetos que representen la riqueza real, desde conchas hasta vacas, pasando por el oro. Ahora, sin embargo, el dinero sólo representa un número en los ordenadores.
El dinero, sobre todo si está informatizado, es la manera más fácil de representar riqueza, pero cuando se confunde con la riqueza se corren grandes riesgos: desde la ruina personal instantánea hasta la parálisis de la economía colectiva. Pienso si no va siendo ya hora de encontrar de nuevo algo material que represente riqueza real y que no sea acumulable en cantidades peligrosas, en sustitución del dinero abstracto actual. Estoy pensando en algo así como una "moneda bioquímica", en una sustancia que se usara como abono para producir alimentos, que tuviera poco peso, pero que fuera esencial para la vida. Quizá un compuesto de fósforo, ya que este es un elemento escaso en la biosfera. Ese compuesto se debería degradar automáticamente en poco tiempo, de manera que los codiciosos no lo puedan acumular, sino que se verían obligados a darle uso rápidamente.
Exagerando, en tono humorístico, se me ocurre una solución biológica contra las desigualdades por culpa del dinero: obtener ingresos por cagar y mear: Mediante un dispositivo en los retretes que midiera los deshechos y comprobase la autenticidad de su procedencia, se asignaría al emisor automáticamente una cantidad proporcional en su cuenta en los depósitos estatales de abono. Se canalizarían los deshechos hacia depósitos de un estado mundial. El dinero siempre representaría la cantidad de abono que hubiera realmente en el tesoro estatal. Cualquier otro modo de producir dinero sería ilegal. El abono de los cultivos se haría a partir del tesoro. Los préstamos para financiar empresas sólo los harían bancos estatales, sin intereses. De este modo, si alguien quisiera acumular dinero sería a costa de su salud, comiendo en exceso y con diarrea.