sábado, 23 de noviembre de 2019

Origen interestelar de la vida, como conjetura

Según una noticia titulada "Chemistry in the turbulent interstellar medium", hasta el momento se han detectado unas 200 moléculas en el medio interestelar. Entre ellas, las más pequeñas, compuestas de 2 o 3 átomos, se han usado como marcadores para seguir la evolución física y química de las nubes de gas que hay entre las estrellas.

Esta noticia me evoca de nuevo mis reflexiones sobre la prevalencia de los agentes externos sobre los internos como causa de los fenómenos naturales. Mientras que el interior de los planetas es un entorno muy estable, el exterior está en contínuo cambio debido a la movilidad de sus átomos y moléculas. Quizá donde esa movilidad es más notable es en el espacio interestelar, porque allí, en el vacío, sin rozamiento ni apenas obstáculos, parte de la materia viaja a velocidades próximas a la de la luz, por ejemplo la materia que es lanzada por los chorros relativistas de los blazar.
Es tanta la agitación en ese medio que es de esperar que produzcan ahí todo tipo de sustancias. Las más complejas, al estar expuestas en un medio hostil, tendrán una vida corta, a no ser que encuentren refugio en objetos sólidos. Estos refugios pueden ser desde motas de polvo y partículas de hielo hasta planetas gigantes.

Las partículas de hielo me parecen particularmente interesantes para teorizar acerca del origen de moléculas complejas, incluidas las que pudieron ser el origen de la vida.

Pienso en una molécula pequeña lanzada a gran velocidad sobre un bloque de hielo que flota en el espacio, incrustándose en él. El calor del impacto podría fundir localmente el hielo, generando una burbuja de agua en la que la molécula entrante reaccionase con otras que ya estuvieran retenidas en el bloque. De esta forma se podrían sintetizar ahí moléculas orgánicas complejas que estarían protegidas de la radiación externa. La burbuja se volvería a congelar casi inmediatamente hasta otro evento similar. Al cabo de millones de años y muchos eventos parecidos, junto con la unión de bloques de hielo que contendrían gran diversidad de moléculas orgánicas complejas, quizá podrían dar origen a un tipo de vida muy simple que funcionara intermitentemente, en los breves momentos en que el hielo que las rodea se funde. Quizá alguno de esos afortunados bloques de hielo, un cometa, alcanzase nuestro planeta y diera origen a nuestra forma de vida.



La noticia:
Química en el medio interestelar turbulento
https://m.phys.org/news/2019-11-chemistry-turbulent-interstellar-medium.html