Hoy el gobierno español reconocerá a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Guaidó no ha sido elegido por los Venezolanos, de manera que ese reconocimiento es una injerencia en los asuntos internos de otro país. Ese reconocimiento no será en mi nombre. Aunque sea un súbdito a la fuerza del reino de España, mientras tenga libertad de expresión me veo obligado a rechazar que quien me gobierna vaya contra las leyes internacionales y agreda a otro país decidiendo quien debe ser su presidente. Venezuela es un estado independiente, así que España no tiene derecho a intervenir en su política interior.
Esta injerencia sentará un precedente muy peligroso, que se puede volver contra nosotros, por ejemplo: no es difícil imaginar que si el gobierno español dejara de obedecer a los Estados Unidos este podría reconocer un gobierno no electo en España.