El presidente del gobierno ha dado hoy la salida de la carrera electoral, poniendo la meta en el 28 de abril.
Intento analizar la situación a partir de los datos conocidos por todos y de mi impresión sobre cómo la gente decide su voto.
Veo que, básicamente, se ofrecen sólo dos opciones aunque haya partidos nuevos.
De un lado están los que quieren el poder político para servir a los que ya tienen el poder económico, con las mismas tácticas y propaganda violenta, xenófoba y racista que llevaron a la guerra civil, las de los franquistas de siempre, desplegados ahora en tres partidos: Vox, PP y Ciudadanos.
De otro lado están los que quieren el poder para servir a la sociedad democráticamente. Estos están divididos entre los que priorizan servir a la sociedad de un estado español unido (PSOE, Podemos, IU) y los que priorizan el servicio a una sociedad más cercana, su comunidad autónoma, y piden autodeterminación para formar su propio estado (PNV, PDCAT, ERC, Bildu).
Para conseguir los votos, la principal herramienta de los partidos es la propaganda mediante los medios de comunicación de masas que, con la dudosa excepción de los medios públicos, están en manos de los grandes propietarios, de los que tienen el poder económico. Estos, como es de esperar, apoyarán al primer bloque de partidos, el de los que niegan los derechos a los que no sean de su bando y que, si pudieran, nos volverían a masacrar.
La otra gran herramienta de los partidos es la unión para conseguir un objetivo común. En el caso de la ultraderecha española hay un objetivo real, no declarado, que los une: el de devolver todo el poder a los ricos, y un objetivo propagandístico: la unidad de España. En cambio los partidos demócratas muestran poca unidad aunque en el fondo tienen por objetivos comunes la democracia, los derechos humanos y el progreso social y económico de todos, sin exclusiones.
Según lo veo yo, la gente vota pensando, sobre todo, en la seguridad que le pueda dar la pertenencia a una sociedad unida y fuerte. La mayoría se deja llevar por esa sensación sin profundizar en los verdaderos objetivos de los políticos.
Si los partidos demócratas les dan menos sensación de unidad el día de las elecciones generales frente a la sensación de unidad que den los nuevos fascistas, nos esperan tiempos muy duros de represión, miseria y fascismo.
En conclusión, el 28/4/19 sólo veo dos opciones para un ciudadano del estado español:
Casado con la guerra civil o unido a la democracia.