domingo, 22 de diciembre de 2019

Búsqueda de planetas habitables por condiciones estables

El éxito de la puesta en órbita del observatorio CHEOPS, dedicado al estudio con precisión de planetas ya descubiertos en otros sistemas solares, me hace pensar de nuevo en la posibilidad de encontrar algún planeta que pueda tener animales similares a nosotros, capaces de desarrollar ciencia y tecnología suficientes como para buscar vida en otros planetas.

Lo primero para buscar algo es tener una idea, al menos aproximada, de lo que se busca. En este caso, un entorno capaz de dar vida a animales complejos que son fruto de una evolución que ha requerido, al menos, cientos de millones de años de continuidad en la vida de nuestro planeta, sin extinguirse por completo la vida animal en ese periodo. De esto deduzco que uno de los factores imprescindibles del planeta a buscar es que esté en un entorno estable, donde no tenga amenazas externas frecuentes, como una actividad extremádamente variable en su estrella, o una abundancia de grandes asteroides cercanos. El planeta mismo no debe producir catástrofes frecuentes, como la de un vulcanismo extremo, o cambios de temperatura extremos tan repentinos que no den tiempo a una adaptación por selección natural.

Tanto la estabilidad de la estrella como la del planeta, pienso que dependen en gran parte de la proximidad de otros objetos astronómicos masivos, que podrían ser detectables actualmente en sistemas estelares que no estén muy alejados de nosotros.

En el caso de la estrella, si tuviera un planeta gigante en una órbita cercana las mareas harían que la actividad de la estrella fuese excesivamente variable, y quizá con fulguraciones constantes.

En el caso del planeta, la presencia de un satélite grande sería beneficiosa, como ocurre con la Luna, que mantiene la estabilidad del eje de rotación de la Tierra. Otro efecto beneficioso, en mi opinión, es que las contínuas mareas que provoca nuestro satélite agitan la corteza terrestre, con lo cual se mantienen activas las fracturas por las que se libera el calor interno en forma de un vulcanismo moderado. Si la corteza fuese hermética y sin fracturas, pienso que se acumularían bajo ella gases a presión hasta producir reventones periódicos en forma de vulcanismo masivo, que extinguirían toda vida animal, interrumpiendo así la evolución hasta seres capaces de crear la tecnología que les permita subsistir en condiciones extremas. Quizá los humanos lo consigamos, pero de momento nuestra existencia depende de la estabilidad de nuestro sistema solar y de la compañía de nuestra querida Luna.

Por todo ello, pienso que al examinar exoplanetas con observatorios como CHEOPS, si se buscan los que sean habitables, deberíamos poner más atención en estrellas solitarias, comprobando después que tienen un gran satélite.