miércoles, 10 de julio de 2024

Materia oscura congelada y sonido superlumínico

El telescopio James Webb ha visto que el universo más primitivo que podemos ver, el de pocos cientos de millones de años después de la generación de la radiación de fondo de microondas (CMB, por sus siglas en inglés), se parecía mucho al actual, con estructuras complejas ya desarrolladas y con gran proporción de elementos químicos más pesados que el helio. Esto induce a pensar que esa radiación se produjo a la vez en un universo ya grande, en el que la causa de esa radiación debió propagarse mucho más rápido que la luz.


Sabemos que el sonido se propaga mucho más rápido en materiales compactos que en los gases, ya que se requiere que las partículas choquen para propagar los cambios de presión, y los choques entre partículas muy próximas, como en los sólidos, no están retrasados por tener que desplazarse mucho entre choques.


Propongo que la materia oscura (MO) actúa como transmisora de una presión similar al sonido, en la que la velocidad de propagación depende de la distancia entre sus partículas, aunque se transmite instantáneamente entre los extremos opuestos de una misma partícula, como si estas fueran sólidas e indeformables, como bolas de billar.


En este supuesto cada partícula de materia oscura (PMO) tendría un volumen muy grande y una masa muy pequeña, siendo su densidad similar a la del halo de materia oscura de nuestra galaxia. También supongo que antes del CMB toda la MO del universo conocido estaba compactada en una bola de esa densidad, sin espacios entre las PMO, como si estuviera congelada, sin movimiento entre las PMO. La materia visible circularía libremente dentro de esa bola, y habría formado ya estrellas, galáxias, agujeros negros estelares, y hasta agujeros negros supermasivos.


En ese estado, la bola de nuestro universo recibió el impacto de otra bola de materia oscura. Como ocurre en el billar americano, cuando la bola blanca golpea el grupo de bolas juntas en la primera jugada, el impacto se repartió instantáneamente a todas las PMO de nuestro universo, provocando su expansión. La perturbación afectaría mediante la gravedad a la materia visible, que se calentaría instantáneamente y produciría el CMB.


A partir de ese suceso inicial, las concentraciones de materia visible, como las galaxias, por ser muchísimo más densas que la MO, actuarían como núcleos de condensación de la MO que formaría los halos de las galaxias.


La dispersión de la bola inicial, al dar más volumen, hizo que su MO estuviera más expuesta a choques con las PMO que circulasen fuera de la bola. Estos choques dispersos impulsarían la expansión acelerada de nuestro universo.


Einstein tenía razón, también al decir que Dios no juega a los dados, pero quizá la naturaleza juega al billar🙂