En los últimos años se han conseguido detectar, mediante ondas gravitacionales, la colisión de agujeros negros. Que ocurra al azar el que dos objetos tan pequeños, por ser extremádamente compactos, se encuentren en la inmensidad del espacio, incluso en zonas de mucha densidad de estrellas, siempre me ha parecido muy improbable. Intento imaginar una situación en la que sea más fácil que ocurra.
El núcleo de una galáxia activa consiste en un agujero negro supermasivo rodeado de un disco de acreción, este consta de materia en proceso de acercarse al centro girando en órbitas cada vez menores, y de dos chorros de materia muy veloz simétricos, estrechos y perpendiculares al disco.
Propongo que la materia de los chorros se aleja del centro a distintas velocidades pero con la misma dirección, de manera que sus partículas acaban alcanzándose y formando objetos masivos, quizá tanto como agujeros negros.
Si hubiera dos agujeros formados por un mismo chorro galáctico, moviéndose por tanto en la misma dirección y sentido pero a velocidades distintas, pienso que la probabilidad de que acaben alcanzándose y fusionándose sería grande.
¿Quizá las burbujas de Fermi, dos enormes zonas de emisión de rayos gamma y rayos X situadas a ambos lados del plano de nuestra galáxia, sean el resultado de fenómenos tan energéticos como la colisión de agujeros negros en el eje de la Via Láctea?